Implementación del trasporte y almacenamiento de hidrógeno con seguridad y efectividad
Implementación del trasporte y almacenamiento de hidrógeno con seguridad y efectividad
No todas las regiones tienen acceso a fuentes suficientes de energía limpia como la solar, la eólica y la hidráulica. Además, varias industrias dependen de suministros de energía con una alta densidad energética que se pueden almacenar en grandes cantidades en el lugar de utilizarse.
Necesitamos vectores energéticos variados y tecnologías de almacenamiento para acortar la distancia entre las fuentes de energía renovables y las aplicaciones.
Una vez producido y procesado el hidrógeno, es necesario distribuirlo y almacenarlo de forma segura. El hidrógeno se puede almacenar físicamente en forma líquida, gaseosa o sólida:
Podemos distinguir entre grandes sistemas para el almacenamiento y distribución y pequeñas infraestructuras in situ.
El hidrógeno puede almacenarse sin pérdidas durante mucho tiempo en forma gaseosa, usando gran parte de la infraestructura ya existente para el gas. Sin embargo, el hidrógeno posee una baja densidad volumétrica de energía en la presión atmosférica en comparación con otros vectores energéticos, y plantea menos problemas en aplicaciones estacionarias.
Una opción es el almacenamiento subterráneo de hidrógeno, por ejemplo, en grandes cuevas de sal construidas con hasta 1000 metros de profundidad cerca de grandes instalaciones de hidrógeno y de electrolizadores.
Como alternativa, es posible también el almacenamiento de hidrógeno a través del uso de hidruros de metal. Las moléculas de hidrógeno están unidas químicamente dentro de la estructura del compuesto metálico y se mantienen estables y sin peligros a la presión atmosférica.
El hidrógeno en estado gaseoso se puede distribuir hasta el lugar de utilización tanto a través de contenedores de alta presión como a través de conductos. El transporte en tanques de alta presión enfrenta retos similares a los del almacenamiento en recipientes de alta presión y se puede facilitar mediante el uso de transporte terrestre, ferroviario o marítimo.
La transmisión de hidrógeno a través de conductos es una buena solución si se necesita distribuir grandes cantidades de hidrógeno.
Teóricamente, un gasoducto de metano podría transportar casi la misma cantidad de energía utilizando hidrógeno. Sin embargo, es posible que acorte considerablemente la vida útil del gasoducto.
Existe también la posibilidad de mezclar hidrógeno con gas natural para disminuir estos riesgos y reducir las adaptaciones necesarias en el gasoducto.
Los desafíos más comunes que las empresas tienen que enfrentar con la distribución y el almacenamiento de hidrógeno están relacionados con los costes, la seguridad y la disponibilidad de personal cualificado.
Estación de reabastecimiento de hidrógeno en Hamburgo
En países donde ya existe una infraestructura de gas, el hidrógeno se distribuirá probablemente a través de conductos. Es factible distribuir hidrógeno mediante camiones y barcos para las infraestructuras donde el hidrógeno tiene que ser almacenado para llenar depósitos reducidos.
Mientras que el hidrógeno en estado gaseoso ha sido la solución más prometedora para la mayor parte de estas situaciones, se está empezando a debatir sobre las ventajas y desventajas del hidrógeno líquido.
En TÜV SÜD podemos ofrecerte una asistencia exclusiva para encontrar la opción de distribución y almacenamiento más adecuada para tu estrategia de hidrógeno. A través de módulos de formación para una manipulación segura del hidrógeno y del equipo, nos aseguramos de que tu personal esté capacitado para implementar tu nueva estrategia.
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"En TÜV SÜD, creemos que el hidrógeno será una pieza fundamental para un futuro limpio para todos. Nos comprometemos a garantizar seguridad y fiabilidad en los proyectos de hidrógeno." – Thore Lapp, Gerente de la Unidad de Negocio de Energía Verde y Sostenible de TÜV SÜD
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