Este concepto ha llegado al mundo de la empresa para quedarse. Pero ¿en qué consiste la sostenibilidad? ¿Cómo gestionarla? Y lo que es más importante: ¿Cómo incorporarla de forma efectiva e integrada en nuestra organización?
Asistimos a un importante cambio de paradigma en la gestión empresarial. Hasta la fecha las empresas se habían centrado en el desempeño de sus indicadores (consumo, emisiones, productividad…). Sin embargo, recientemente, se empieza a ir más allá estudiando cómo todo esto impacta en nuestro planeta y cómo se identifican los riesgos y oportunidades en función del entorno en el que operamos, así como sus consecuencias en el futuro.
En realidad, llevamos más de 70 años hablando de esto, pero el punto más significativo de no retorno se alcanza con la popularización de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Es decir, los reportes dejan de ser estrictamente financieros para contemplar temas sociales y ambientales relacionados con la actividad empresarial. Actualmente existen numerosas evidencias que demuestran que los riesgos no financieros tienen tanto o más impacto en la actividad global de las compañías como los económicos. De hecho, las empresas que no sepan gestionarlos de una manera integrada quedarán fuera del mercado, ya que los inversores buscan rentabilizar sus activos a través de inversiones socialmente responsables, creciendo en base a decisiones sostenibles. Por su parte, los consumidores también lo tienen claro: las encuestas demuestran que la mayoría prefiere comprar a marcas o empresas socialmente responsables e, incluso, están dispuestos a pagar más.
El Código de Buen Gobierno, entendido como el conjunto de principios, reglas y buenas prácticas que mejoran el gobierno corporativo de la empresa en pro de la transparencia, está encima de los principales consejos de administración. Es más, no hacerlo no es una opción, habiéndose integrado en el ADN de las grandes y pequeñas empresas.
Toda esta nueva perspectiva nos lleva a definir la sostenibilidad dentro de la gestión empresarial. Una empresa sostenible es aquella que realiza sus actividades no solo fijándose en los números y balances de cuentas, sino también teniendo en cuenta criterios sociales, ambientales y económicos de cara al futuro. Es decir, crea valor en todos esos aspectos a corto y largo plazo, contribuyendo al progreso de las generaciones presentes y futuras. Además, la sostenibilidad contribuye a incrementar la buena imagen de las entidades.
Su valor es tal que se ha convertido en una prioridad. En este sentido, no podemos olvidar que, en el mes de septiembre de 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que establece una visión de cambio hacia la sostenibilidad económica, social y ambiental de los 193 Estados miembros que se adhirieron, España entre ellos. La Agenda está compuesta por 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que cubren aspectos sociales (Sanidad, Educación, Igualdad de género…), humanos (Hambre, pobreza, desigualdades, conflictos armados y corrupción) y medioambientales (conservación del entorno marino, los ecosistemas terrestres, lucha contra el cambio climático…) y que deberían alcanzarse para el año 2030.
Cada uno de ellos tiene un peso específico para, de forma colectiva y con un compromiso universal del que forman parte tanto países desarrollados como en desarrollo y por supuesto la sociedad empresarial y sociedad civil, trazar la agenda de acciones orientadas a su consecución. La incorporación de estos objetivos en la definición del propósito evolutivo se mostrará en las estrategias definidas a corto y medio plazo. Por supuesto, también implicará un cambio cultural de la organización para implementar las acciones de forma prioritaria a través de un liderazgo basado en la confianza, una toma de decisiones descentralizada y que otorgue autonomía a los equipos, unos procesos transversales ágiles, eficientes y que potencien la colaboración interna, así como la presencia en el día a día de los valores que como organización dan sentido y coherencia a quiénes somos y para qué existimos.
Si bien decíamos que la sostenibilidad había llegado a ser una prioridad dentro de la gestión empresarial, actualmente se ha convertido en una necesidad inevitable. Con el impacto del Covid-19 nos hemos dado cuenta de la fragilidad del mundo en el que vivimos y lo importante de su cuidado.
Por tanto, nos encontramos en una transición hacia una vida y economía realmente sostenible. Algo que en el mundo de la empresa vendrá acompañado de tecnologías e innovación digital, inteligencia artificial, robótica, blockchain... que contribuyen a aumentar el reciclaje y el emprendimiento tecnológico respetuoso con el medio ambiente. Así como de acciones y planes alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En conclusión, estamos viviendo un auténtico cambio evolutivo, que por primera vez en la historia une esfuerzos hacia una causa común y compartida, restando importancia a las ideologías e intereses personales para hacer un ejercicio de generosidad, orientado a aportar bienestar a las personas para que estas decidan si quieren contribuir con sus mejores talentos a una causa que las transciende: cambiar el mundo, dejar huella, ser recordadas por dejar una sociedad mejor que la que han encontrado.
¿Quieres que tu empresa también se sume a este reto? En TÜV SÜD contamos con numerosas soluciones y servicios para mejorar la sostenibilidad en las organizaciones. Ponemos a tu disposición expertos en sostenibilidad cualificados que saben cómo aplicar los conceptos sostenibles al negocio, proporcionando asesoramiento fiable y ofreciendo métodos innovadores y rentables para desarrollar un diseño sostenible. Porque solo con un pensamiento innovador y los socios adecuados será posible integrar la sostenibilidad en la gestión empresarial.
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