Cuando se apuesta por implantar una norma de Compliance en la organización todos los empleados deben demostrar su compromiso con él, no quedando meramente como un escrito en un papel, si no siendo visible e integrándose en el día a día de la organización. Crear una cultura de comportamientos éticos es importante para manifestar que el cumplimiento es transversal y afecta a toda la organización.
Este es el siguiente punto que encontramos en las Estructuras de Alto Nivel (el anterior puedes encontrarlo en nuestro artículo del blog sobre el contexto de la organización). Los Órganos de Administración de la compañía deben demostrar una responsabilidad y ejercer el liderazgo necesario para concienciar sobre la importancia del Compliance en la organización. Deben ser ellos los que, en última instancia, aprueben y acepten las políticas y atribuyan los roles y las responsabilidades a los órganos correspondientes. Por ello, deben demostrar que defienden los valores fundamentales y tiene que hacerse ver que actúan conforme ordenamiento jurídico promoviendo la cultura de cumplimiento.
El Órgano de Gobierno demuestra su compromiso y liderazgo al participar en la revisión periódica del Sistema de Gestión de Compliance, demostrando su preocupación en mantener actualizado el Sistema ante posibles cambios en la organización. Por ello, son los encargados de establecer un Órgano de Compliance que se encargue de la implantación y la supervisión del funcionamiento del Sistema de Gestión, dotándoles de los recursos necesarios, ya sean financieros, humanos o materiales.
De esto modo, el Órgano de Compliance, además de las tareas anteriormente mencionadas, también se encargará de velar por la formación continua de los empleados, sin importar su rango y de asegurarse que los recursos sobre cumplimiento están accesibles a todos.
La Alta Dirección también juega un papel importante en cuanto al liderazgo. En el ejercicio de sus funciones debe demostrar su compromiso con el Sistema de Gestión y garantizar que se implante de forma adecuada en todas las áreas de la compañía, así como los procesos y procedimientos operativos necesarios para su eficaz ejecución.
Desde los altos cargos deben hacer cumplir y cumplir ellos mismos con las políticas de Compliance. Esto se resume con el principio de “tone from the top”, es decir, que la dirección de la organización esté implicada en la cultura de Compliance y se transmita de arriba abajo. Son ellos los que deben dar ejemplo, no sólo deben imponer las normas. Son el primer eslabón de la larga cadena unida por el Compliance.
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