Cuatro preguntas y respuestas sobre el uso de la mascarilla
Cuatro preguntas y respuestas sobre el uso de la mascarilla
“Existen diferentes tipos de mascarillas que proporcionan diferentes niveles de protección contra el virus, y los usuarios deberían elegir en función del nivel de riesgo al que pueden estar expuestos.”
Dr. Royth von Hahn
Vicepresidente Sénior de Servicios Médicos y de Salud, División de Servicio de Productos de TÜV SÜD
Lunes de 6 Abril, 2020
El brote de COVID-19 ha comportado un incremento sin precedentes de la demanda de mascarillas a nivel mundial. Al igual que otras medidas preventivas, las mascarillas pueden contribuir a aplanar la curva, dado que pueden impedir que las personas infectadas dispersen el virus y a la vez protegen al personal sanitario que está en contacto con los pacientes infectados.
Aunque en Asia es una práctica común llevar mascarilla incluso con leves síntomas de resfriado, esta práctica es poco habitual en Europa y América. Dado que la COVID-19 ejerce una presión cada vez mayor en la capacidad de los sistemas sanitarios de todo el mundo, toda infección respiratoria que se pueda evitar a nivel personal se considera una contribución positiva a la lucha contra la COVID-19.
Llevar mascarilla no impide completamente la infección, pero puede limitar la propagación del virus porque evita que entren en las vías respiratorias gotas infectadas que, según los expertos, son una de las principales rutas de transmisión del coronavirus. Al mismo tiempo, los hábitos del usuario en relación con el uso de la mascarilla pueden influir también en su eficacia. Si no se usa correctamente, la mascarilla puede incluso incrementar el riesgo de infección.
También el nivel de protección difiere según el tipo de mascarilla que se utilice. El doctor Royth von Hahn, Senior Vice President, Medical and Health Services de TÜV SÜD, observa que «existe una amplia variedad de mascarillas en el mercado, como la N95, la KN95, o la FFP2, entre otras, y cada una está pensada para una finalidad diferente. Es importante conocer esas diferencias, el nivel de protección que ofrece cada mascarilla y el uso correcto de cada una».
En este artículo, el doctor von Hahn responde a cuatro preguntas frecuentes sobre la eficacia y el uso correcto de las mascarillas protectoras.
Cada tipo de mascarilla proporciona un nivel de protección distinto contra el virus. El doctor von Hahn explica que los usuarios deberían elegirla en función del nivel de riesgo al que pueden estar expuestos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que de momento no es imprescindible que las personas sanas, que no cuiden a otra persona sospechosa de estar infectada y que esté aislada, ni residan con ella, usen mascarilla. Sin embargo, la situación es dinámica y cambia constantemente. Conviene consultar con frecuencia las fuentes oficiales para tener información actualizada. Debe comprarse solo lo que se necesite. Antes de comprar mascarillas para uso personal, compruebe que los profesionales sanitarios de su región cuenten ya con suministro suficiente de las mismas.
Las mascarillas protectoras difieren en términos de eficiencia de filtración bacteriana (BFE) y eficiencia de filtración de partículas (PFE). La BFE mide la eficiencia de filtración de las mascarillas para retener bacterias con un tamaño de partícula medio (MPS) de unas 3,0 micras. En cambio, la PFE mide la eficiencia de filtración de una mascarilla utilizando partículas inertes e inviables de 0,1 micras como mínimo. Las mascarillas con propiedades PFE proporcionan a los usuarios un mayor nivel de protección, dado que el coronavirus tiene un diámetro de entre 0,05 y 0,2 micras. Los dos tipos de mascarillas más aceptados son:
Al contrario que las variedades anteriores, las mascarillas quirúrgicas y las mascarillas N95 de grado médico ofrecen una eficiencia de filtración bacteriana (BFE) mínima del 95 %. Los usuarios deberían tener en cuenta que llevar una mascarilla médica desechable es suficiente si se encuentran en un espacio público sin contacto con pacientes.
Las mascarillas quirúrgicas deben ser conformes a las normas internacionales para productos sanitarios. Los fabricantes son responsables de garantizar que las mascarillas se hayan probado o aprobado según la normativa aplicable al producto en el país donde se venden. Las normas varían de un país a otro. Existen varias normas locales que se aplican a las pruebas de eficacia de las mascarillas, como BS EN, ASTM y GB. Algunas de las pruebas normativas para mascarillas protectoras incluyen la eficiencia en la filtración de partículas, la eficiencia en la filtración de bacterias, y pruebas de eficiencia antibacteriana. «Otros parámetros de prueba son la transpirabilidad, la inflamabilidad, la resistencia a la penetración de líquidos y la adaptación al rostro», indica el doctor von Hahn.
También hay que comprobar la fecha de caducidad de la mascarilla. Es posible que después de la fecha indicada una mascarilla no ofrezca el mismo nivel de protección y se haya degradado. Compre siempre las mascarillas a proveedores y en páginas web conocidos, para garantizar su autenticidad y calidad.
Cuando compre mascarillas, compruebe siempre la información del envase, para asegurar su eficacia y calidad. La información del envase suele incluir: el nombre del fabricante y el número del modelo en cuestión, una indicación de que la eficiencia del filtro de partículas es como mínimo del 80 % para las mascarillas quirúrgicas, y de más del 95 % para los respiradores N95, y sus fechas de caducidad.
Muchas empresas de todo el mundo colaboran en la lucha contra la pandemia y transforman sus plantas de producción para poder fabricar mascarillas y otros suministros médicos esenciales. TÜV SÜD también contribuye colaborando con sus clientes para acelerar los procesos de prueba de cara a garantizar que los suministros médicos esenciales que exportan cumplan los requisitos del mercado de destino.
La Comisión Europea ha publicado un documento sobre los procedimientos de evaluación de la conformidad de los equipos de protección, para los posibles fabricantes que quieran ayudar a combatir la pandemia.
La expresión «uso extendido» se refiere a la práctica de llevar el mismo respirador en varias ocasiones en situaciones de contacto directo con casos de posible infección sin quitárselo entre una situación y otra. Reutilizar la misma mascarilla habitualmente implica el uso del mismo respirador en varios encuentros con personas o reutilizar un respirador varias veces. Aunque cada persona puede tener sus preferencias, se recomienda encarecidamente que los usuarios no compartan el uso de la misma mascarilla y no reutilicen mascarillas de un solo uso. (Fuente)
No utilice desinfectantes ni alcohol, y tampoco aplique calor para desinfectar la mascarilla. Si una mascarilla está sucia, húmeda o deformada, no debe utilizarse.
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