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Las inspecciones más comunes tienen que ver con instalaciones eléctricas de alta y baja tensión, climatización, ascensores, instalaciones contra incendios y depósitos de gasóleo.
La reapertura progresiva de muchos espacios de pública concurrencia como auditorios, piscinas públicas, centros culturales o estadios de fútbol ha traído consigo un incremento en el número de solicitudes para someterse a distintas inspecciones reglamentarias obligatorias. De este modo, garantizan la seguridad de las instalaciones para volver a abrir sus puertas al público y, en definitiva, evitan incurrir en sanciones por incumplimiento.
Miguel Ángel Seoane, responsable de Ventas de la División Industry de TÜV SÜD, asegura que “la pandemia ha tenido un impacto muy notable sobre la industria del ocio y entretenimiento y, en consecuencia, sobre otros servicios complementarios como son las inspecciones técnicas obligatorias de un Organismo de Control (OCA). Sin embargo, también es cierto que durante 2021 se está produciendo una recuperación paulatina y constante, vinculada con el avance de la vacunación”. Para Miguel Ángel, una de las preocupaciones de los titulares de estas instalaciones “es tener sus inspecciones al día, para asegurar el correcto funcionamiento y seguridad de las mismas y sus clientes, evitar sanciones frente a la Consejería de Industria correspondiente, falta de cobertura de los seguros por incumplimiento en la realización de las inspecciones, e incluso por la propia imagen de la empresa”.
De los diferentes tipos de instalaciones sujetos a inspecciones periódica, las principales son, las instalaciones eléctricas de alta y baja tensión, que se deben revisar cada 3 y 5 años, respectivamente, y que se rigen por el R.D 337/2014 y R.D. 842/02. También son objeto de inspección los sistemas de climatización, cada 5 años; los ascensores, cada 2 años; las instalaciones contraincendios, cada 10 años; y los depósitos de gasóleo, cada 5 o 10 años en función del volumen de almacenamiento y emplazamiento. En este sentido, el experto recomienda solicitar la inspección con una antelación media de 1 mes para garantizar la disponibilidad del servicio y la obtención de la documentación necesaria para la realización de las inspecciones.
Precisamente, los riesgos más comunes asociados a estas instalaciones “están directamente relacionados con un funcionamiento incorrecto de las protecciones contra contactos indirectos (Protecciones que aseguran la protección de las personas frente a una derivación en un equipo eléctrico), mal funcionamiento del alumbrado de emergencia o de fuentes de energía propias como grupos de electrógenos responsables del suministro habitual”, concluye.
Para más información sobre el calendario de inspecciones reglamentarias, consulta este enlace.
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