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TÜV SÜD certifica que la mayoría de los aerogeneradores puedan seguir funcionando correctamente, de forma segura y durante varios años, una vez llegado el fin de su vida útil, después de la realización de reparaciones menores y pequeñas inversiones.
Según los últimos datos de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), en España hay 20.306 aerogeneradores instalados y 207 centros de fabricación en dieciséis de las diecisiete comunidades autónomas. Las nuevas tecnologías de estos aerogeneradores permiten aprovechar mejor el recurso eólico disponible, aumentando significativamente el número de horas equivalentes y el factor de capacidad.
La experiencia de TÜV SÜD en el campo de la energía eólica muestra que la mayoría de los aerogeneradores todavía tienen una vida útil de servicio, incluso después de haber finalizado su vida de diseño. Además, las condiciones del viento pueden implicar cargas más bajas que las que originalmente se consideraron a la hora de fabricación. En caso de que la estructura soporte de la turbina no presente daños significativos, solo necesitaría una pequeña inversión económica y una reparación menor del servicio para permitir la extensión del uso del aerogenerador.
Según fuentes de la Asociación Empresarial Eólica, se prevé que, en el año 2030, de los 20.306 aerogeneradores actualmente instalados, casi el 90% tendrán más de 20 años de vida, y el 50% se aproximará a los 25 años. En este sentido, TÜV SÜD se encarga de certificar e inspeccionar que la maquinaria pueda seguir funcionando de forma segura durante varios años, después de la realización de las reparaciones correspondientes. La repotenciación no siempre será posible, sobre todo teniendo en cuenta restricciones técnicas y administrativas, por lo que la extensión de vida se convertirá en una opción particularmente atractiva.
A diferencia de las centrales eléctricas tradicionales, la gran ventaja de los aerogeneradores es que proporcionan energía limpia a partir del simple viento, sin contaminar, ni dejar residuos peligrosos. El cometido de la compañía es certificar la extensión de vida útil de los aerogeneradores, lo que supone una mejora operativa de los que ya existen. El objetivo es alcanzar la máxima seguridad en su funcionamiento y frenar así la creación masiva de nuevas maquinarias, lo que realmente genera polución y la única parte negativa de la existencia e implementación de los aerogeneradores en España.
TÜV SÜD determina si un aerogenerador es adecuado para continuar con su operación, pero siempre manteniendo los principios de la compañía que se conservan a lo largo del tiempo: la seguridad y el respeto por el medio ambiente.
La evaluación de la maquinaria consta de dos procesos, en el primero se analiza si la condición técnica de la turbina del aerogenerador permite un funcionamiento continuo, en base a una inspección realizada por un experto. Durante el segundo proceso se recoge la documentación técnica de la máquina, junto con el recurso eólico, condiciones ambientales y los datos de operación, como base para calcular cuánto tiempo podría seguir funcionando la turbina. Los operadores de los parques eólicos son los encargados de organizar la inspección y de garantizar que se cumplan las condiciones previas necesarias.
Durante la inspección, los expertos deben examinar los registros de mantenimiento y comparar la documentación previa con el estado de la turbina, en busca de cualquier daño que pueda hacer inviable la reparación del aerogenerador. Estos deterioros pueden ser grietas visibles, ruidos extraños o incluso corrosión en los elementos que conforman la máquina. Además, los técnicos tienen la obligación de buscar cambios en el entorno de la turbina, si se ha expandido el parque eólico, o se han construido turbinas en lugares próximos, que puedan ocasionar cambios sustanciales en las condiciones del viento.
En el primer proceso de la evaluación, los expertos calculan la fecha de finalización de la vida útil de las partes esenciales de la turbina, comparando las tensiones reales y las cargas a las que está expuesto el aerogenerador, para posteriormente compararlas con las condiciones de diseño del fabricante y conocer la diferencia de edad para la que originalmente estaba preparado. Además, su evaluación proporciona indicaciones para conocer los tiempos de precaución, y de esta forma, reemplazar los componentes específicos para garantizar una operación segura y fiable.
Las examinaciones requeridas para verificar la continuidad de su uso se basan, principalmente, en los componentes que soportan las cargas, desde las palas hasta la cimentación, así como los sistemas de seguridad, control y frenado. La experiencia de TÜV SÜD en las evaluaciones de extensión de vida, certificación e inspección, muestra que la mayoría de los aerogeneradores pueden seguir funcionando durante varios años, después de pequeñas reparaciones.
“En el peor de los casos, el descubrimiento de un daño severo que impacta materialmente en la seguridad estructural dará lugar a una desconexión inmediata de la turbina del aerogenerador. A continuación, se debe tomar una decisión acerca de si es financieramente viable reemplazar o reparar los componentes principales defectuosos para permitir la extensión de vida, pero siempre primando la seguridad ante cualquier ahorro ya sea monetario o de tiempo. Para TÜV SÜD es esencial realizar un trabajo que implique una responsabilidad con el medio ambiente”, explican Alberto Santos y David Torres, miembros de la unidad de Energía de TÜV SÜD en España.
Para más información, lea este artículo: Por que la estabilidad estructural es clave para la extension de la vida
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